Es capaz de seguir visualmente los desplazamientos rápidos de los objetos, y de reaccionar ante parte visible de ellos con si fuera el todo.
Imita las conductas que ya sabe hacer cuando se las hace el adulto, además es capaz de identificar a la madre o el cuidador principal de otras personas.
A partir de esta edad el niñ@ comienza a dirigir sus movimientos hacia un objeto, primero si se le presenta lateralmente y luego dirigiendo sus manos hacia la línea media.
Comienza también a jugar contigo a buscar objetos parcialmente ocultos, se observa por tanto que empieza a interesarse por las personas y por los objetos.
En resumen y después de lo comentado, el objetivo de esta etapa es desarrollar el interés del niñ@ por los objetos y las personas, de tal forma que se debe:
Favorecer que el niñ@ agarre, golpee, agite, tire objetos, con una o con ambas manos.
Proporcionar también móviles sobre la cuna que pueda tocar, preferentemente con música, para estimular las capacidades perceptivas y su coordinación.
Inicia juegos interactivos, como "el caballito", "aserrín, aserrán" o, haciéndole trotar, balanceándolo lateralmente, tapándolo con una toalla pequeña o paño para que él se destape (cu-cú)...
Incorpora al niñ@ poco a poco, sentándolo sobre tus rodillas o en una hamaquita o silla adecuada, para que pueda inspeccionar el ambiente e interactuar con los objetos.
Baña al niñ@ sin prisas, disfrutando de la situación. Aprovecha para incorporar objetos en el agua, como juguetes de goma y después masajea su cuerpo al secarlo y vestirlo.
Es normal que chupe todo aquello que coja. Llevando las precauciones necesarias, no impida estas conductas.
Conviene establecer los horarios de sueño y alimentación del niñ@ y que los respetes para que se se vayan regulando sus rutinas.
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